“Nos vamos a la feria” es la muestra que se puede ver en Pintores 10, de Cáceres, donde se muestran carteles, las primeras fotografías de la feria cacereña, programas de mano o imágenes del concurso de ganado
A pesar de que las circunstancias evitan que este año se pueda disfrutar de la Feria de Mayo cacereña, la Diputación de Cáceres, a través de su departamento de Archivo y Bibliotecas, invita a disfrutar de la feria de una manera muy especial, haciendo un viaje por su historia a través de documentos e imágenes que integran la muestra titulada “Nos vamos de feria”, dentro del programa “Hablan nuestros documentos”, un programa con el que se rinde homenaje a la historia, la tradición y la cultura a través de los documentos que se conservan en la institución provincial.
Desde este jueves 27 de mayo y hasta finales de junio, el vestíbulo del edificio Pintores 10 de la capital cacereña acoge carteles de las ferias de distintos años, firmados por Burgos Capdevielle o Juan Caldera, entre otros; un cartel de toros de 1897; fotografías de la feria del año 1900; programas de mano o imágenes realizadas durante el concurso de ganado, en 1920.
Un poco de historia
Los orígenes de la Feria de Mayo se remontan al siglo XIII cuando en el Fuero de Cáceres se hace alusión a las transacciones comerciales, sobre todo de ganado, que se daban en la ciudad.
Desde mediados del siglo XIX los ganaderos de la ciudad luchan por crear una feria ganadera acorde con la importancia de una capital de provincia como Cáceres. Así, en el archivo de la Diputacion de Caceres se conserva un expediente inédito del año 1863, por el que el Ayuntamiento solicita al Gobierno Civil la permuta de una porción de la Dehesa Boyal por las denominadas de “Cáceres el Viejo”, de dominio particular para celebrar allí la feria de mayo anual de la ciudad.
La primera Feria de Mayo reconocida es la de 1896, siendo alcalde Nicolás Carvajal Cabrero tras múltiples reuniones previas que el ayuntamiento mantiene con ganaderos. El Rodeo sería su primera ubicación. Posteriormente la feria se traslada a la estación de trenes vieja, lo que actualmente se conoce como Los Fratres, y ya a finales de los años 80, al antiguo campo de aviación donde sigue en la actualidad.